Hola,me
llamo
Celia y os voy a contar una historia,mi historia….Yo era una chica normal de 16
años de estatura media,pelo marron y ojos verdes y con un carácter bastante
fuerte pero también sensible y alegre a la vez.
Todo
empezó aquel día 18 de Septiembre,como cada año empezaba un curso nuevo,pero
este era diferente; este año pasaba a 4 de la ESO,solo faltaban dos años para irme del
instituto y empezar una carrera.
Como
siempre quede con mis amigas para ir al instituto todas juntas y ver en la
clase que nos habia tocado y con quien.
Mis
amigas eran muy diferentes ,Laura,era bajita,rubia de ojos verdes y de carácter
cariñoso,alegre y siempre tenía una sonrisa en la cara;en cambio Andrea era
alta,morena y los ojos marrones y tenía
un fuerte carácter y un sentido del humor un tanto peculiar ya que siempre que
hacia bromas era para meterse contigo.Estabámos discutiendo sobre que chico de
los que nos gustaba era más guapo:
-¡-Haber
chicas ya sabéis que la que tiene buen gusto soy yo!-dijo Andrea un tanto
molesta.
-Bueno,bueno
haya paz.Cada una tiene un gusto diferente.-dijo Laura reconciliadoramente.
-¡Ya
bueno,pero el mio es mejor!-dije mientras sacaba la lengua en gesto burlón.
La
verdad es que había echado mucho de menos las típicas broncas con mis
amigas,puesto que había pasado todo el verano en un apartamento en la playa con
mi hermano Javi; ya que mis padres estubieron trabajando todo el verano.
Al
fin,llegamos al instituto y se repitio la historia de todos los
años,abrazos,besos,sonrisas,palabras llenas de alegría de volver a ver a los
amigos.
Llegamos
a las listas y vi que no me había tocado con ninguna de mis amigas y para el
colmo no conocía a nadie.
-¡Menuda
suerte tengo!-dije sarcásticamente cuando se acercaron Andrea y Laura.
-¡No
pasa nada Celia,seguro que haces muchos amigos!-dijo Laura intentando animarme.
-Además,conociendote
seguro que te ligas a media clase.-dijo Andrea riéndose en un tono suave pero
burlón.
-Bueno
además no creo que sea tan malo¿verdad?.-dije quitando hierro al asunto.
-Verdad.-dijeron
las dos al unísono.Pero se equivocaban y pronto empecé a darme cuenta.
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