Capítulo 1
Comienzo a
recorrer las ahora vacías calles de Madrid con la cabeza dándome vueltas a más
no poder. Acabo de conocer a One Direction,acabodeconoceraOneDirection,
acabodeconoceraOneDirection. Por mucho que me lo repita, más rápido o más lento
no termino de creérmelo. Aun son las 08:45 y no sé qué hacer. De repente
empieza a sonar <<Live While Where Young>> de One Direction
procedente de mi BB rosa. Abro rápidamente la mochila, rebusco con impaciencia
hasta que doy con el vibrante móvil. Sin mirar tan siquiera quien es lo cojo.
-¿Si?
-Hel ¿se puede
saber donde estas?
-¿Pablo?-
Pablo es mi mejor amigo desde hace tiempo al igual que Clara. Pablo es el
típico guaperas ligón pero que por mucho que se lo crea siempre me ha caído
bien. Es alto, pelo negro y ojos azules oscuros.
-No, soy tu yo
del futuro. ¿No te jode? Pues claro que soy Pablo. ¿Dónde coño estas?
-Ye, relájate
un poco. Estoy dando vueltas por Madrid, porque cuando he llegado al instituto
ya habían cerrado.
-Ah, perdón
pero es que me tenías…quiero decir nos tenías muy preocupados.- añade nervioso.
-No te puedes
ni imaginar lo que me ha pasado.
-¿Algo malo?
Porque si estas mal o algo puedo ir a donde estés y…
-No es nada
malo, Pablo, tranquilízate. He ido al
Parque del Retiro y justamente estaban haciendo una sesión de fotos a… ¡ONE
DIRECTION!
-¿Enserio?
-Sí.
-Me alegro
mucho por ti.
-Pero me he
desmayado y cuando me he despertado y los he visto a todos me he levantado y he
salido corriendo.
-¿Desmayado? ¿Te
encuentras bien? ¿Te duele algo?
-Que no,
tonto. Por cierto... ¿no se supone que tendrías que estar en clase?
-Sí pero le he
pedido ir al baño a la bruja de Física y Química.
-Ah, ok.
-Entonces
luego nos vemos, cuando te dejen entrar ¿No?
-Sí, un beso
Pablo.
-Dos para ti,
Hel.-y cuelga. Sin más remedio sonrío. Me encanta que se preocupe por mí pero
hay veces que llega a ser muy pesado. Me paro delante de mi tienda favorita de
vestidos, siempre he querido comprarme un precioso vestido y lucirlo sin
importar nada. Decidido. Entro y una mujer de unos 40 años me recibe con una
sonrisa.
-Buenos días
joven.
-Buenos días.
-¿Qué tipo de vestido
quiere?- sobresaltada la miro. Yo solo he entrado con intenciones de mirar.
Aunque vaya a un instituto privado, mis padres no tienen demasiado dinero y de
ninguna de las formas pueden permitirse ni siquiera el más barato de estos
vestidos, aunque puedo fingir que soy rica y divertirme.
-Pues me
encantaría uno que sea por encima de las rodillas y si es posible que sea de
palabra de honor.- la mujer sonríe y entra en un gran almacén situado detrás de
una puerta con ese mismo nombre escrito en pintura. Dejo la mochila encima de
un pequeño sofá y espero a la
dependienta. Al poco rato vuelve cargada hasta arriba de vestidos de todos los
tipos.
-Sino es
importunarle… ¿Me podría decir que talla de sujetador usa?
-No me
importuna, uso la 90/95.
-Extraordinario.-
con la nueva información de la medida de mis pechos, descarta algunos vestidos
y me entrega los demás mientras me empuja hacía el probador.
Nada más
entrar me deshago de todo el uniforme y me pongo un vestido de tirantes muy
finos, con mucho vuelo, de color rosa fucsia. Abro la cortina del probador y
ante la sonrisa de la mujer desfilo intentando parecerme en algo a una modelo y
así con un sinfín de vestidos más. Pero está claro que el que más me ha gustado
ha sido uno verde palabra de honor por encima de las rodillas, parece estar
hecho justamente para mí. Poniendo la excusa de que tengo que consultarlo con
mi novio salgo algo deprimida de la tienda. Se me ha pasado el tiempo volando y
es que casi son las 11:00, la hora a la que abren el instituto.
Aun deprimida,
salgo corriendo en dirección a mi instituto. Llego justo a tiempo.
-Otra vez
llegas tarde, Helena, sabes que si llegas un día más te expulsarán.- dice Blas,
el conserje mientras me abre.
-Lo sé Blas,
pero ya sabes que mi vida es complicada.- sonriéndole una vez más entro en el
reconfortante instituto. Busco con la mirada entre los repletos pasillos a
Pablo, o a Clara pero no los encuentro. Entonces recuerdo que es la hora del
recreo y que lo más normal es que estén en el patio. Bajo unas cuantas
escaleras, cruzo otros tantos pasillos y al final salgo al bonito patio. Y
ahora sí que les veo, están con Gala y Alberto jugando a las cartas. Me acerco
medio corriendo medio andando. Al verme todos sonríen a excepción de Clara.
-Tenemos que
hablar Helena.
-Sabes que no
me gusta que me llames así…
-Ha pasado
algo importante que has de saber.- miro a los demás pidiendo explicaciones pero
ellos están igual de sorprendidos que yo. Se levanta, me agarra del brazo y me
aleja de mis amigos ante la atenta mirada de estos mismos.
-¿Qué pasa,
Clara?
-Hel, me ha
llamado tu madre y me ha dicho que…
-Un momento,
¿Por qué te llama mi madre a ti y no a mí?
-Porque cree
que yo soy la indicada para decírtelo.
-¿Decirme el
qué?
-Tu padre ha
muerto en un accidente de coche.- el corazón se me para, las lágrimas sin nadie
haberlas llamado aparecen y se desbordan, y con mi pulsación disminuyendo por
momentos suelto una especie de grito y gemido. Clara me abraza, pero me aparto
y entro en el instituto. Noto como Gala, Alberto, Pablo y Clara me miran pero
yo solo quiero morirme.
Ya sin
lágrimas en los ojos, me acerco al despacho del conserje.
-¿Qué te pasa
Helena, por qué lloras?
-Blas, te pido
por favor que me abras la puerta del instituto, por favor.
-Pero…
-¡POR FAVOR!
-De acuerdo,
tranquila. – me acompaña a la puerta evitando miradas de profesores y me abre
la puerta.
-Gracias Blas,
eres un buen amigo.- intenta decir algo pero yo salgo corriendo. No paro de
correr en ningún momento hasta que me empieza a doler el pecho y el estómago.
Miro a mí
alrededor. He ido a parar a un pequeño parque, enfrente de mí hay un Porche
negro y siento ganas de patearlo, de romper uno por uno todos los putos coches
del mundo. Y sin pensármelo empiezo a golpearlo mientras las lágrimas vuelven a
aflorar en mis ojos. Empieza a sonar la alarma del coche pero todo me da igual,
el costado ya está prácticamente aboyado, mi pie dolorido, mi vida destrozada.
-¡Eh! ¿Qué
mierda estás haciendo a mi coche?- me giro y me encuentro a… ¡no puede ser!
¿Niall? ¿Enserio?
-Pe…per…perdón-balbuceo
en un inglés inventado.
-¡Eh, tú eres
la fan de antes!
-S…s…sí.
-¿Qué te
pasa?- y me derrumbo. Me caigo al suelo y rompo a llorar, a gemir, a balbucear
en un idioma no demasiado claro.
-Oh, Dios
mío.- dicho esto se agacha a mi lado y me abraza. Todo esto es demasiado
irreal. ¡NIALL HORAN ABRAZÁNDOME! ¡MI PADRE MUERTO! Me encantaría que una cosa
fuera verdad y otra mentira, y es que en esta vida todo es nada.
Me separo de
él con lágrimas aun resbalando por mis mejillas mientras el rímel se corre y la
respiración se normaliza. Ya un poco mejor empiezo a hablar en inglés. Os
cuento todo en español porque sino más de uno seguro que no se entera.
-Eres Niall
Horan…
-Sí, ese soy
yo. Por cierto hablas bastante bien inglés.
-Gracias.
Enserio es el día más feliz y más triste de mi vida.-digo poniéndome en pie.
-¿Triste? ¿Por
qué?
-Bueno, yo… mi
padre… ha muerto.
-Oh, lo siento
mucho.
-No pasa nada,
la verdad es que es todo demasiado sorprendente. Primero te conozco a ti, después
mi padre muere y finalmente te cuento todo a ti, y me abrazas.
-Jajaja eres
una chica muy maja.
-Pf, estoy
flipando. –vuelve a reír a carcajada limpia.
-¿Cómo te
llamas?
-Helena, pero
me gusta que me llamen Hel.
-Está bien,
Hel. Yo te doy mi número con la condición de que no se lo digas a nadie. ¿De
acuerdo?
-¿Esto es una
broma?- vuelve a reír como un condenado.
-No. –saca un
papel y me lo entrega. Estoy totalmente alucinada. ¡El número de NIALL HORAN!
-Mu…muchas…gracias.
-De nada.- se
inclina y besa mi mejilla. Con una última mirada y una sonrisa se va por la
calle contraria. Miro el papel cada vez más sorprendida. ¡TENGO SU NÚMERO!
Sonrío.
{Narra Niall}
Llego junto a
todos los chicos, sonriente.
-¿Te han
robado el coche y por eso sonríes,
irlandés? –exclama Louis sacudiéndome el pelo.
-No, tan solo
era la fan de antes.
-¿La fan de
antes estaba robándote el coche?- ríe divertido Zayn.
-No,
simplemente le ha dado golpes porque hoy no es un buen día para ella.
-Interesante.
Y no la vas a denunciar… ¿por qué?- dice Harry que mira atento su reflejo en el
retrovisor del coche del director de la sesión de fotos.
-Porque su
padre se ha muerto, estúpido.
-Ye, relájate irlandés.-vuelve
a decir Louis.
-No tenéis ni
idea de lo mal que estaba.
-¿Tan fea
era?-interviene Liam.
-Para tu
información está más buena que todas tus novias juntas.-me saca la lengua y
tuerce el gesto.
-Así que es
eso…te gusta la chica y por eso no la has denunciado.-deduce Harry muy
orgulloso de sí mismo.
-No me gusta,
tan solo digo la verdad y aparte es muy maja.-le discuto.
-Sí, sí.
-Al menos le
habrás pedido su teléfono. ¿No?-inquiere Louis.
-No, le he
dado yo el mío.
-Irlandés
estúpido.-me lanzo hacía Louis que empieza a correr calle abajo.
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