domingo, 4 de noviembre de 2012

Capítulo 1.



Capítulo 1
Comienzo a recorrer las ahora vacías calles de Madrid con la cabeza dándome vueltas a más no poder. Acabo de conocer a One Direction,acabodeconoceraOneDirection, acabodeconoceraOneDirection. Por mucho que me lo repita, más rápido o más lento no termino de creérmelo. Aun son las 08:45 y no sé qué hacer. De repente empieza a sonar <<Live While Where Young>> de One Direction procedente de mi BB rosa. Abro rápidamente la mochila, rebusco con impaciencia hasta que doy con el vibrante móvil. Sin mirar tan siquiera quien es lo cojo.
-¿Si?
-Hel ¿se puede saber donde estas?
-¿Pablo?- Pablo es mi mejor amigo desde hace tiempo al igual que Clara. Pablo es el típico guaperas ligón pero que por mucho que se lo crea siempre me ha caído bien. Es alto, pelo negro y ojos azules oscuros.
-No, soy tu yo del futuro. ¿No te jode? Pues claro que soy Pablo. ¿Dónde coño estas?
-Ye, relájate un poco. Estoy dando vueltas por Madrid, porque cuando he llegado al instituto ya habían cerrado.
-Ah, perdón pero es que me tenías…quiero decir nos tenías muy preocupados.- añade nervioso.
-No te puedes ni imaginar lo que me ha pasado.
-¿Algo malo? Porque si estas mal o algo puedo ir a donde estés y…
-No es nada malo, Pablo,  tranquilízate. He ido al Parque del Retiro y justamente estaban haciendo una sesión de fotos a… ¡ONE DIRECTION!
-¿Enserio?
-Sí.
-Me alegro mucho por ti.
-Pero me he desmayado y cuando me he despertado y los he visto a todos me he levantado y he salido corriendo.
-¿Desmayado? ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo?
-Que no, tonto. Por cierto... ¿no se supone que tendrías que estar en clase?
-Sí pero le he pedido ir al baño a la bruja de Física y Química.
-Ah, ok.
-Entonces luego nos vemos, cuando te dejen entrar ¿No?
-Sí, un beso Pablo.
-Dos para ti, Hel.-y cuelga. Sin más remedio sonrío. Me encanta que se preocupe por mí pero hay veces que llega a ser muy pesado. Me paro delante de mi tienda favorita de vestidos, siempre he querido comprarme un precioso vestido y lucirlo sin importar nada. Decidido. Entro y una mujer de unos 40 años me recibe con una sonrisa.
-Buenos días joven.
-Buenos días.
-¿Qué tipo de vestido quiere?- sobresaltada la miro. Yo solo he entrado con intenciones de mirar. Aunque vaya a un instituto privado, mis padres no tienen demasiado dinero y de ninguna de las formas pueden permitirse ni siquiera el más barato de estos vestidos, aunque puedo fingir que soy rica y divertirme.
-Pues me encantaría uno que sea por encima de las rodillas y si es posible que sea de palabra de honor.- la mujer sonríe y entra en un gran almacén situado detrás de una puerta con ese mismo nombre escrito en pintura. Dejo la mochila encima de un pequeño sofá y espero  a la dependienta. Al poco rato vuelve cargada hasta arriba de vestidos de todos los tipos.
-Sino es importunarle… ¿Me podría decir que talla de sujetador usa?
-No me importuna, uso la 90/95.
-Extraordinario.- con la nueva información de la medida de mis pechos, descarta algunos vestidos y me entrega los demás mientras me empuja hacía el probador.
Nada más entrar me deshago de todo el uniforme y me pongo un vestido de tirantes muy finos, con mucho vuelo, de color rosa fucsia. Abro la cortina del probador y ante la sonrisa de la mujer desfilo intentando parecerme en algo a una modelo y así con un sinfín de vestidos más. Pero está claro que el que más me ha gustado ha sido uno verde palabra de honor por encima de las rodillas, parece estar hecho justamente para mí. Poniendo la excusa de que tengo que consultarlo con mi novio salgo algo deprimida de la tienda. Se me ha pasado el tiempo volando y es que casi son las 11:00, la hora a la que abren el instituto.
Aun deprimida, salgo corriendo en dirección a mi instituto. Llego justo a tiempo.
-Otra vez llegas tarde, Helena, sabes que si llegas un día más te expulsarán.- dice Blas, el conserje mientras me abre.
-Lo sé Blas, pero ya sabes que mi vida es complicada.- sonriéndole una vez más entro en el reconfortante instituto. Busco con la mirada entre los repletos pasillos a Pablo, o a Clara pero no los encuentro. Entonces recuerdo que es la hora del recreo y que lo más normal es que estén en el patio. Bajo unas cuantas escaleras, cruzo otros tantos pasillos y al final salgo al bonito patio. Y ahora sí que les veo, están con Gala y Alberto jugando a las cartas. Me acerco medio corriendo medio andando. Al verme todos sonríen a excepción de Clara.
-Tenemos que hablar Helena.
-Sabes que no me gusta que me llames así…
-Ha pasado algo importante que has de saber.- miro a los demás pidiendo explicaciones pero ellos están igual de sorprendidos que yo. Se levanta, me agarra del brazo y me aleja de mis amigos ante la atenta mirada de estos mismos.
-¿Qué pasa, Clara?
-Hel, me ha llamado tu madre y me ha dicho que…
-Un momento, ¿Por qué te llama mi madre a ti y no a mí?
-Porque cree que yo soy la indicada para decírtelo.
-¿Decirme el qué?
-Tu padre ha muerto en un accidente de coche.- el corazón se me para, las lágrimas sin nadie haberlas llamado aparecen y se desbordan, y con mi pulsación disminuyendo por momentos suelto una especie de grito y gemido. Clara me abraza, pero me aparto y entro en el instituto. Noto como Gala, Alberto, Pablo y Clara me miran pero yo solo quiero morirme.
Ya sin lágrimas en los ojos, me acerco al despacho del conserje.
-¿Qué te pasa Helena, por qué lloras?
-Blas, te pido por favor que me abras la puerta del instituto, por favor.
-Pero…
-¡POR FAVOR!
-De acuerdo, tranquila. – me acompaña a la puerta evitando miradas de profesores y me abre la puerta.
-Gracias Blas, eres un buen amigo.- intenta decir algo pero yo salgo corriendo. No paro de correr en ningún momento hasta que me empieza a doler el pecho y el estómago.
Miro a mí alrededor. He ido a parar a un pequeño parque, enfrente de mí hay un Porche negro y siento ganas de patearlo, de romper uno por uno todos los putos coches del mundo. Y sin pensármelo empiezo a golpearlo mientras las lágrimas vuelven a aflorar en mis ojos. Empieza a sonar la alarma del coche pero todo me da igual, el costado ya está prácticamente aboyado, mi pie dolorido, mi vida destrozada.
-¡Eh! ¿Qué mierda estás haciendo a mi coche?- me giro y me encuentro a… ¡no puede ser! ¿Niall? ¿Enserio?
-Pe…per…perdón-balbuceo en un inglés inventado.
-¡Eh, tú eres la fan de antes!
-S…s…sí.
-¿Qué te pasa?- y me derrumbo. Me caigo al suelo y rompo a llorar, a gemir, a balbucear en un idioma no demasiado claro.
-Oh, Dios mío.- dicho esto se agacha a mi lado y me abraza. Todo esto es demasiado irreal. ¡NIALL HORAN ABRAZÁNDOME! ¡MI PADRE MUERTO! Me encantaría que una cosa fuera verdad y otra mentira, y es que en esta vida todo es nada.
Me separo de él con lágrimas aun resbalando por mis mejillas mientras el rímel se corre y la respiración se normaliza. Ya un poco mejor empiezo a hablar en inglés. Os cuento todo en español porque sino más de uno seguro que no se entera.
-Eres Niall Horan…
-Sí, ese soy yo. Por cierto hablas bastante bien inglés.
-Gracias. Enserio es el día más feliz y más triste de mi vida.-digo poniéndome en pie.
-¿Triste? ¿Por qué?
-Bueno, yo… mi padre… ha muerto.
-Oh, lo siento mucho.
-No pasa nada, la verdad es que es todo demasiado sorprendente. Primero te conozco a ti, después mi padre muere y finalmente te cuento todo a ti, y me abrazas.
-Jajaja eres una chica muy maja.
-Pf, estoy flipando. –vuelve a reír a carcajada limpia.
-¿Cómo te llamas?
-Helena, pero me gusta que me llamen Hel.
-Está bien, Hel. Yo te doy mi número con la condición de que no se lo digas a nadie. ¿De acuerdo?
-¿Esto es una broma?- vuelve a reír como un condenado.
-No. –saca un papel y me lo entrega. Estoy totalmente alucinada. ¡El número de NIALL HORAN!
-Mu…muchas…gracias.
-De nada.- se inclina y besa mi mejilla. Con una última mirada y una sonrisa se va por la calle contraria. Miro el papel cada vez más sorprendida. ¡TENGO SU NÚMERO! Sonrío.
{Narra Niall}
Llego junto a todos los chicos, sonriente.
-¿Te han robado el coche  y por eso sonríes, irlandés? –exclama Louis sacudiéndome el pelo.
-No, tan solo era la fan de antes.
-¿La fan de antes estaba robándote el coche?- ríe divertido Zayn.
-No, simplemente le ha dado golpes porque hoy no es un buen día para ella.
-Interesante. Y no la vas a denunciar… ¿por qué?- dice Harry que mira atento su reflejo en el retrovisor del coche del director de la sesión de fotos.
-Porque su padre se ha muerto, estúpido.
-Ye, relájate irlandés.-vuelve a decir Louis.
-No tenéis ni idea de lo mal que estaba.
-¿Tan fea era?-interviene Liam.
-Para tu información está más buena que todas tus novias juntas.-me saca la lengua y tuerce el gesto.
-Así que es eso…te gusta la chica y por eso no la has denunciado.-deduce Harry muy orgulloso de sí mismo.
-No me gusta, tan solo digo la verdad y aparte es muy maja.-le discuto.
-Sí, sí.
-Al menos le habrás pedido su teléfono. ¿No?-inquiere Louis.
-No, le he dado yo el mío.
-Irlandés estúpido.-me lanzo hacía Louis que empieza a correr calle abajo.       

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