sábado, 3 de noviembre de 2012

Introducción a mi mini historia llamada :UN AMOR POR SORPRESA.

Holaa! Antes de nada os voy a decir que la historia que viene a continuación es mi mayor sueño pero obviamente no se va a cumplir,en fin es una mini historia de la cual os voy a poner la introducción.
También os digo que mis "minis historias" pueden contener al menos 15 capítulos,segun vaya la cosa.
¡Espero que os guste!¡Saludos!




Salgo pitando de mi casa con la mochila rebotando en mi corta espalda. Mierda siempre llego tarde. Como compruebo el autobús ya se ha ido así que tendré que ir corriendo. Esto me pasa por acostarme tan tarde, pero que le vamos  a hacer tenía que verlos. One Direction en mi programa favorito, lo malo es que acaba muy tarde. Unas pequeñas gotas caen sobre mi cabeza, genial, está lloviendo. Corro más deprisa luchando contra viento y marea para poder llegar a tiempo y sana y salva a clase. Madrid no es el lugar más indicado para ir corriendo por la calle a la hora punta de la mañana y más si está lloviendo a mares. Mi instituto no está demasiado lejos de mi casa, lo que a veces puede ser una ventaja o un inconveniente. Mi pelo cobrizo recogido en una cola de caballo rebota en mi cuello haciéndome cosquillas. Al fin llego al instituto y está cerrado. Miro mi reloj, 07:30, pues si que han cerrado pronto hoy. ¿Y ahora qué hago? La puerta no la vuelven a abrir hasta la hora del recreo y para eso aun falta. Recuerdo el pequeño Starbucks que se encuentra cerca del insti, podría desayunar y mientras hago tiempo.
Aun con la lluvia cayendo entro en el tan famoso local y me siento en una mesa con la intención de que me sirvan. Al pronto llega un camarero bastante atractivo de unos 24 años, rubio y de ojos marrones.
-Buenos días señorita. ¿Qué desea?
-No hace falta que me llame señorita, simplemente llámeme Hel.
-Entonces, Hel, no me llame de usted, llámeme Alexander.
-Pues Alexander quiero un Capuccino con mucho caramelo y un trozo de bizcocho.
-Ahora mismo.-sonríe tontamente y abandona mi mesa.
No está nada mal el tal Alexander, hasta diría que le da un aire a Niall, uno de los integrantes de 1D. Me quito la chaqueta de cuero, dejando ver el horrible uniforme. Una falda azul, un polo blanco y unos botines negros, dejo la mochila de Quick Silver en el suelo y saco mi BB rosa. Tengo 100 mensajes de Clara, mi mejor amiga, la típica amiga loca que te controla y te quiere demasiado. Sonrío al ver mi fondo de pantalla, ellos. One Direction. En todas partes tengo cosas de ellos: estuches, libretas, bolígrafos, millones de posters, camisetas, accesorios…simplemente estoy loca por ellos. Alexander deposita con cuidado mi desayuno, sonríe y se va. Me abalanzo sobre el desayuno con una gigantesca hambre. Acabo, pago y salgo a una calle donde la lluvia ha dejado de caer. Ando, dando vueltas por todo Madrid hasta que sin darme cuenta llego a la puerta del Parque del Retiro, mi lugar favorito. Y veo que justo en la entrada, un poco a la derecha hay un montón de cámaras alrededor de cinco chicos que hacen el tonto…¡no puede ser!¡ONE DIRECTION!
Como si lo hubiera gritado de verdad todo el mundo se gira hacía mi. Sin poder evitarlo los ojos se me llenan de lágrimas de la emoción y grito sin remedio, las piernas me tiemblan, la vista se me nubla y me desmayo golpeando mi cabeza contra el suelo.
Noto como me levantan del suelo y me colocan en otro sitio mucho más reconfortante y calentito. Abro lentamente mis ojos negros con un insufrible dolor de cabeza y me encuentro con un chico rubio de ojos azules... ¡Oh Dios mío! ¡Es Niall!
-Tú..tu…-me mira humorísticamente, mi inglés nunca ha sido demasiado bueno.
-Soy Niall, aunque creo que ya me conoces¿no?
-¿Cómo no conocerte? Soy superfan de ti y de tu grupo.-únicamente sonríe y se aparta dejando ver al resto de miembros del grupo. Mi boca se abre en una profunda  “o” mientras chillo sin más remedio.
-Tranquila,guapa.-dice Zayn. Ahora no grito pero lágrimas se desbordan,es todo demasiado irreal. Me levanto de la pequeña amaca en la que estaba sentada,recojo mi mochila del suelo y salgo corriendo atravesando el embarrado suelo del Parque del Retiro.

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