10.Novedades.

Los días siguientes fueron muy aburridos.Sin Gabriel y sin mi hermano no tenía entretenimiento así que decidí salir al centro comercial,ya que era sabado.

Yo iba con la idea de comprarme un vestido para Nochebuena o un abrigo.

Estube mirando al menos 2 horas,hasta que derrepente mientras observaba un vestido precioso una voz sonó en mi oído:

-Seguro que con él estas precioso.-había reconocido esa voz.

Me giré rápidamente y ahí estaba Gabriel mirandome intensamente.No dude.Me lancé a sus brazos contenta de tenerle conmigo otra vez.A continuación,nos besamos suave pero apasionadamente.

-Te he echado tanto de menos…-dije en un tono apenas inaudible,con una voz impregnada de amor.

-Yo más mi princesa.-dijo apartandome una mechón de pelo que caía sobre mis ojos.-Vamos a un lugar más apartado y te informo sobre lo que he averiguado.

Me cogió de la mano y andamos durante unos 20 minutos hasta llegar a un parque solitario.

Nos sentamos en un banco.

-Haber sé que te va a parecer una locura,pero tenemos que ir a Roma,concretamente al Vaticano.-dijo Gabriel suavemente ante mi sorpresa.

-¿Por qué?-pregunté incrédula.

-Te lo contaré desde el principio.Cuando me fui estube en distintos lugares del mundo buscando ángeles hasta dar con uno que me dio la información que necesitaba.Me dijo que para solucionar mi problema tendría que ir a hablar con el arcángel Miguel y para eso tengo que ir al Vaticano contigo para demostrarle el amor que nos procesamos y tal vez,tal vez nos pueda ayudar.Sé que es una locura pero es nuestra oportunidad para estar juntos.-concluyó con una expresión seria.

-¿El arcángel Miguel?¿Existe?-seguí preguntandole sorprendida.

-Pues claro que existe.-respondió riendo.-Cuando creíste que yo era un ángel supuse que también creerías que los arcángeles existen,pero bueno no tenías por que saberlo.-dijo mientras me besaba la frente.-¿Qué me dices?¿Estarías dispuesta a viajar conmigo a Roma?-concluyo Gabriel.

-Pues claro,aunque dudo que mis padres me dejen y además no tengo tanto dinero como para pagar un avión de primera clase ni mucho menos para un hotel de cinco estrellas.-respondí lugúbre.

-Tranquila,de el dinero no te preocupes.-aseguro Gabriel sonriendo ampliamente,ese chico me encantaba.-Y respecto tus padres…podría hablar con ellos,seguro que confiaban en mí.-ante mi mirada incrédula se explicó.-¡Ventajas de un ángel!-respondió mientras nos echabámos a reir.

-No,no hace falta.Me iré sin avisar y dejaré una nota..-respondí segura de lo que decía.

-¿Estás segura?¿No se enfadarán?Ya te he dicho que no es ninguna molestia.-dijo inseguro.

-No, tranquilo…-tras un momento de silencio repleto de miradas apasionadas,pregunte: ¿Listo para un viaje a Roma?

-Pues claro,y sobretodo si es contigo..-respondió besandome.

-Por cierto¿Cuándo nos vamos?-pregunte sonriendo.

-Pues mañana mismo.-dijo pasando su brazo por mis hombros y atrayendome hacía el.

-Vale,mañana a las 6 te espero enfrente del parque de mi casa.¿Vale?-pregunte emocionada por mi viaje.

-Vale,como digas tú cielo.-repondió mirandome con infinita ternura,no lo aguante más,lo bese.

Estubimos un rato más,pero enseguida me fui para que me diera tiempo a hacer la mochila y de alguna manera despedirme de mis padres.

De camino a casa no paraba de pensar en todo lo que me habia dicho Gabriel.Voy a conocer …¡al arcángel Miguel!

No me lo podría creer y encima iba a demostrarle todo el amor que siento por Gabriel y por otra parte iba a cumplir uno de mis sueños,iba a ir a Roma,una de mis ciudades favoritas.

Al llegar a mi casa intente pasar el mayor tiempo con mis padres y portarme mejor que nunca ya que probablemente no los vería en una semana o así;la verdad es que no le había preguntado a Gabriel cuanto tiempo tardaríamos en volver de nuestro pequeño viaje.

Despúes de un tarde y una cena en familia en las cuales intente que fueran  de las más felices,me dirigí hacia mi habitación donde procedí a hacer una mochila con ropa para una semana,cosas de aseo y mi móbil.

Me acosté y intenté dormir pero no podía los nervios por el viaje y la tristeza de no poder despedirme de mis padres hizo que el sueño se apoderará de mi apenas cuando faltaban 2 horas para levantarme.