lunes, 6 de febrero de 2012

Me duele ver como pasan los días y tú te vas alejando de mi poco a poco, las conversaciones se acortan por más que intento buscar temas de conversación, o alguna tontería para poder hablarte, nos vemos menos, suele ser casi casualidad cuando nuestras miradas se encuentran. Voy por aquellos sitios por los que pasábamos los dos de la mano ayer, pero no estás, por más que te busco no te encuentro, me siento en aquel banco donde hablábamos tantas y tantas cosas de nuestro futuro, juntos de la mano, esa fecha que escribimos la lluvia y el viento se la llevó. La gente me dice que pase página, pero en la siguiente soy yo la protagonista y la hoja está en blanco, no existe un futuro si es lejos de ti. Te prometí que siempre iba a estar a tu lado, pero tú ahora no estás, pregunto a tus amigos que tal llevas todo ahora que estás con ella, me dicen que bien, que estás muy feliz a su lado. No sé que es lo que ella te da que no te pueda dar yo, no sé que tiene ella que no tenga yo, pero de una cosa estoy totalmente segura, ella jamás te va a querer como te quiero yo, es imposible llegar a amar tanto hasta el punto que yo te amo a ti. Te echo de menos, necesito tenerte aquí, lloro cada noche pensando en que solo tú me haces sonreír, y no estás, la gente dice que no soy la misma, no sonrío con la misma frecuencia, la gente pronuncia tu nombre sin darse cuenta que eso hace que se me pare el corazón por unos segundos. Un día me hablas de repente, después de tanto tiempo sin saber de ti, se me corta la respiración y te vuelvo a sacar esa estúpida sonrisa que siempre te sacaba cuando te veía, quizás después de todo debería odiarte, pero te quiero, te amo, quizás incluso más que el primer día que empecé a quererte. No debería hablarte, pero te hablo con la misma dulzura de siempre,
parezco tonta, llevas las riendas, siento cada vez más que soy como un títere para ti, doy los pasos que tú quieres que de sin ni siquiera darme cuenta.

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